Como oftalmólogo, he tenido la oportunidad de atender a varios pacientes que llegan preocupados porque “algo raro” está pasando en sus ojos. A veces notan que uno o ambos ojos están más saltones, que sienten presión detrás del ojo o incluso que la mirada ha cambiado. Muchos no saben que lo que están experimentando es parte de una condición relacionada con la tiroides: la enfermedad ocular de Graves.
Si te han diagnosticado con hipertiroidismo o enfermedad de Graves, o si has notado cambios en tus ojos que no estaban antes, este texto es para ti.
¿Qué es la enfermedad ocular de Graves?
La enfermedad ocular de Graves, también conocida como oftalmopatía tiroidea, es una inflamación del tejido que rodea los ojos y que está asociada a un problema del sistema inmunológico, específicamente con la tiroides.
Aunque no todos los pacientes con hipertiroidismo desarrollan esta complicación, es bastante común en quienes padecen la enfermedad de Graves-Basedow, una forma de hipertiroidismo de origen autoinmune.
En pocas palabras, el cuerpo empieza a atacar por error los músculos y tejidos que rodean los ojos, provocando hinchazón, fibrosis y, en algunos casos, desplazamiento del globo ocular hacia adelante.
¿Qué síntomas provoca?
Uno de los síntomas más visibles es que los ojos se ven más saltones (lo que médicamente llamamos exoftalmos). Pero hay muchos otros síntomas que pueden aparecer:
- Sensación de presión o dolor detrás del ojo
- Sequedad ocular o sensación de cuerpo extraño
- Ojos rojos e inflamados
- Lagrimeo excesivo
- Dificultad para cerrar los párpados completamente
- Visión doble (porque los músculos encargados del movimiento del ojo también se inflaman)
- En casos más avanzados, disminución de la visión
Algo importante que siempre menciono a mis pacientes es que los síntomas pueden presentarse en uno o en ambos ojos, y no necesariamente al mismo tiempo.
¿Por qué ocurre?
La enfermedad ocular de Graves se origina por un trastorno autoinmune, lo que significa que el cuerpo ataca por error tejidos sanos. En este caso, los anticuerpos que afectan la tiroides también actúan sobre las células que rodean el ojo, especialmente los músculos oculares y el tejido graso que los rodea.
Aunque esta enfermedad está directamente relacionada con la tiroides, lo curioso es que los síntomas oculares no siempre siguen el mismo ritmo que los del hipertiroidismo. A veces los problemas en los ojos aparecen cuando la tiroides ya está controlada, o incluso antes de que se haga el diagnóstico.
¿Es grave?
Puede llegar a serlo si no se trata a tiempo. En la mayoría de los casos, la enfermedad ocular de Graves tiene una fase activa (inflamatoria) que puede durar varios meses hasta un año. Durante esta etapa, es donde más atención debemos prestar, ya que es cuando se puede frenar el avance con tratamientos adecuados.
Si no se controla, puede haber consecuencias como:
- Dificultad para cerrar los ojos por completo (lo que provoca daño en la córnea)
- Visión doble persistente
- Cambios estéticos importantes que afectan la autoestima
- En raros casos, pérdida de visión si el nervio óptico se ve afectado
Por eso es muy importante acudir a revisión en cuanto empieces a notar síntomas.
¿Cómo se trata?
El tratamiento depende de la fase en la que se encuentre la enfermedad y de la severidad de los síntomas. Algunas de las estrategias que usamos son:
- Lágrimas artificiales para aliviar la resequedad y proteger la superficie del ojo
- Corticoides para reducir la inflamación (pueden ser orales o inyectados directamente en la órbita)
- Tratamiento del hipertiroidismo (aunque no siempre resuelve los síntomas oculares)
- En algunos casos se usan inmunosupresores o terapias más específicas como los anticuerpos monoclonales
- Cuando ya ha pasado la fase inflamatoria, podemos considerar cirugía para corregir secuelas, como una descompresión orbitaria o cirugía de los músculos oculares si hay visión doble permanente
Cada paciente es diferente, y lo que busco en consulta es encontrar la mejor estrategia para cada caso, dependiendo de sus síntomas y evolución.
¿Qué puedes hacer si sospechas que tienes esta enfermedad?
Lo primero es acudir a revisión con un oftalmólogo con experiencia en enfermedades inflamatorias oculares. Muchas veces esta condición se detecta tarde porque los síntomas se confunden con ojo seco o alergia.
También es muy importante que trabajemos en conjunto con tu endocrinólogo o internista para controlar la función de la tiroides, ya que esto impacta directamente en la evolución ocular.
Y por supuesto, no automedicarte. Algunas personas usan gotas sin saber que pueden agravar el problema, especialmente si contienen cortisona sin control médico.
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